Está escrito en la Parashá –porción- de la Torá que relata sobre la entrega de la Torá: Y partieron de Refidim, y acampó allí todo el pueblo frente al monte (Shemot 19).
Pregunta Rabbenu Hayim ben Atar z”l en su obra Orah Hayim que unos versículos antes está escrito: El día tercero de la salida de los hijos de Israel de Egipto, ese día llegaron al desierto de Sinai, por lo tanto, es una redundancia que la Torá nos escriba que acamparon allí en el desierto, pues si llegaron al desierto de hecho tuvieron que acampar allí!?
Explica Rabbenu Hayim ben Atar que este versículo nos enseña tres conceptos radicales para la recepción de la Torá, sin los cuales no es posible recibirla y por medio de ellos el Eterno aceptó entregarla al pueblo de Israel.
El primero Y partieron de Refidim –debilidad, en hebreo-, el pueblo de Israel se hallaba apático antes de la entrega de la Torá, como suele suceder con los esclavos tras lograr la libertad, aún así, ellos superaron esta condición natural y se predispusieron con ansias y presteza a recibir la Torá. Pues naturalmente el estudio de la Torá requiere de un esfuerzo y compromiso permanentes. Por ello, la Torá en cada ocasión posible introduce el tema del estudio de la Torá, para reforzar este compromiso, como está escrito: Y no se apartará este libro de la Torá de tu boca; y meditarás en ella día y noche; pues te he encomendado se fuerte y osado. Por ello la Torá señala la cuestión de “Refidim” –debilidad-, pues aún cuando se hallaban apáticos e indiferentes, impusieron sus deseos y sus ganas por recibir la Torá con alegría y plenitud, dejaron de lado su indiferencia, esta es una condición esencial para laTorá.
Segundo Y llegaron al desierto de Sinai y acamparon allí, lo que significa que el pueblo de Israel alcanzó el nivel espiritual del “desierto”, el cual es pisado, transitado por todos, un lugar abierto a todo el mundo. Es decir que asumieron una actitud de humildad y simpleza sin la cual no se puede acceder a la Torá, pues ésta se aparta de los soberbios y los vanidosos. Por ello justamente Moshe ameritó recibir la Torá, pues era el mayor modelo de humildad entre los seres humanos. Asimismo la Torá fue entregada en el monte de Sinai, un monte bajo y humilde, todo lo cual nos dice que la Torá no puede posarse en el hombre orgulloso y soberbio, sólo la humildad permitió que el pueblo de Israel reciba la Torá.
Tercero, Y acampó allí Israel frente al monte, como ya explicamos la Torá utiliza el verbo “acampó”, en singular, para referirse al pueblo de Israel, lo cual nos habla de la unidad que existía en aquel momento entre los integrantes del pueblo; y esto conforma asimismo un principio fundamental para recibir la Torá, pues ésta no se entrega en forma individual sino a todo el pueblo, por ello debe ser estudiada colectivamente. Y afirmaron nuestros sabios: La espada se cierne sobre aquellos que estudian Torá en forma individual, pues definitivamente la persona no comprende en forma correcta la Torá sino al estudiarla grupalmente o al compartir el estudio con un compañero que puede señalarle errores en la comprensión de la misma (después de haber adquirido los conocimientos para estudiar sólo, podrá hacerlo utilizando los libros de los comentaristas que también le permiten comprender los conceptos más intrincados). Por ello ¡dichoso el pueblo de Israel! Que esta noche se reúne a estudiar Torá conjuntamente y “acampó” allí el pueblo de Israel, al unísono, como un sólo hombre, y ello les permitió recibir la Torá. También nosotros, ameritamos adquirir los verdaderos conocimientos de la Torá por medio de la auténtica humildad, aceptando el saber de quién lo enseñe y reconociendo los errores, esforzándonos por lograr verdadera unión entre nosotros lo cual nos hará merecedores de recibir la presencia divina y acceder a la corona de la Torá.