Casarse con una viuda

Nuestros sabios dijeron:

אין האשה כורתת ברית אלא למי שעשאה כלי

(סנהדרין כ"ב)

La mujer establece un pacto únicamente con su primer esposo.

(Talmud Sanhedrín 22)

El Zóhar dice:

כד האי בעלה תנינא אתי ואעיל רוחא בההוא מאנה רוחא קדמאה מקטרגא בהאי רוח דעאל ולא אתיישבן כחדא ובגין כך אתתא לא אתישבת כדקא יאות בהדי בעלה תנינא בגין דרוחא קדמאה מכשכשא בה וכדין איהי דכירת ליה תדיר ובכאת עליה או אתאנחת עליה דהא רוחא דיליה מכשכשא במעאה כחויא ומקטרגא בהדי רוח אחרא דעאל בה מבעלה תנינא עד זמן סגי מקטרגין דא בדא וכו' ולזמנין דדחי דא קדמאה לההוא תנינא ואתעביד ליה מקטרגא עד דאפיק ליה מעלמא

(זוהר משפטים דק"א)

El espíritu de su primer esposo pelea con el segundo esposo y no lo puede tolerar; por lo tanto, la mujer no vive en paz con su segundo esposo, pues el espíritu del primer esposo permanece, y ella lo recuerda y llora como si tuviera un objeto extraño en su estómago por largo tiempo. A veces él pelea con el segundo esposo hasta que lo fuerza a salir de este mundo.

(Zóhar Mishpatim p. 101)


El esposo le da parte de su alma a su esposa en la noche de bodas, y de acuerdo con esa fortaleza espiritual que ella recibe de él ella concebirá sus hijos futuros. El espíritu del esposo permanece dentro de ella aún después de que él haya fallecido. El Talmud (Bavá Metziá 84b) relata la historia acerca de Rabbí Elazar, hijo de Rabbí Shimón bar Yojai, que, después de falleciera Rabenu HaKadosh, fue propuesto como candidato para la viuda, pero ella respondió: “Un recipiente que fue utilizado para kódesh (sacro) no puede ser utilizado para lo no-kódesh (secular)”. El espíritu del esposo sale luego de que le entrega el guet mientras está con vida, como dice el versículo:


וכתב לה גט כריתות

(דברים כ"ד ד')

Y le escribió un acta de separación

(Deuteronomio 24:4)



Surge la pregunta cuando una viuda se vuelve a casar, acerca de con qué esposo ella pasará en el paraíso eternamente. El Zóhar dice que su primer esposo la acompañará después de los 120 años. No obstante, otros poskim dicen que si el primer esposo estaba casado con ella por unos años sin tener hijos y luego ella se volvió a casar, pasando la mayoría de su vida y teniendo hijos con su segundo esposo, éste es el esposo dominante. Mientras que otros poskim dicen que no importa qué, el primer esposo es el que prevalece, aún cuando ella vuelva a casarse después. (Haré Yehudá)

Ya que el espíritu del fallecido reposa en ella, y su unión es eterna, ellos residirán en el paraíso junto. Por lo tanto, a pesar de que, hablando halájicamente está permitido casarse con una viuda tres meses después del fallecimiento de su anterior esposo, muchos sabios recomiendan no casarse con ella durante los primero doce meses, ya que al casarse con una viuda, el nuevo esposo arriesga su vida, si el esposo anterior es makpid (enojado). (Shut Jaím Shaal 2:19; Maharsham 2:141)




• El Jidá escribe que uno debe evitar casarse con una viuda solo dentro de los doce meses del fallecimiento de su esposo anterior. (Yosef Ometz 49)

• El Ben Ish Jai escribe que deberá realizar un tikún compuesto por el Rashash antes de tal matrimonio, reuniendo diez rabinos para estudiar Torá y leer una plegaria especial diseñada para el alma del esposo fallecido. (Nota: en algunas culturas, solían quemar viva a la viuda con el fin de que se “una” a su difunto esposo y pueda descansar en paz) (Lashón Jajamim 2:29; Rav Pealim 2; Sod Yesharim 1; Levyat Jen 184)

• El Bené Yissajar escribe que es de hecho es beneficioso para el primer esposo que su ex esposa se vuelve a casar y no permanece sola ya que el hecho de que no se vuelve a casar por culpa de él trabaja en contra de él. Esto se aplica particularmente cuando los hijos son pequeños, pues para el nuevo esposo sería considerado como un acto de caridad el hecho que los está sosteniendo, como dicen nuestros sabios:



איזהו עושה צדקה בכל עת? זה המגדל יתום ויתומה בתוך ביתו ומשיאן

(כתובות נ)

¿A quién se lo considera que realiza caridad constantemente? Aquel que cría huérfanos en su hogar y los casa.

(Talmud Ketubot 50a)



• Rabbí Moshé Sternbuch escribe que debido a que la mayoría de las parejas hoy en día no son la primera, es decir, la predestinada cuarenta días previos a la concepción, y cada persona recibe su pareja de acuerdo a sus propios méritos, entonces no existe en nuestra era la preocupación de casarse con una viuda. La preocupación primordial sería cuando el primer esposo era un estudioso de Torá y ella se casa ahora con un ignorante. (Teshuvot VeHanhagot 4:279)