viernes, 15 de octubre de 2010

Pregunta: ¿Podemos cambiar el texto tradicional de nuestras plegarias en función de las reglas gramaticales?

Respuesta: En los textos de las plegarias de las distintas congregaciones, existen párrafos que no son congruentes con las reglas de la gramática hebrea. Por ejemplo, en el texto de la Kedushá decimos “Nakdishaj Venaaritzaj”, expresión femenina, y posteriormente continuamos diciendo “hameshaleshim leja kedushá” en masculino, cuando en realidad de acuerdo a las reglas gramaticales sería apropiado expresarse totalmente en femenino o en masculino. Lo mismo hallamos en la plegaria de Shabbat, donde decimos “Ata Kiddashta”, expresión masculina, y posteriormente continuamos diciendo “vejen catub betorataj” expresión femenina, cuando hubiese sido apropiado expresar toda la oración en un solo género.

Por lo tanto, es válido preguntarnos si podemos alterar estos textos tradicionales para hacerlos coincidir con la gramático o nó.

Algunas opiniones sostienen que no debemos alterar los textos o la puntuación de las plegarias pues los mismos fueron instituidos por sabios de hace varias generaciones y por lo tanto no podemos arrogarnos el derecho de alterarlos. Sin embargo, este argumento no es válido en absoluto, pues la puntuación no fue editada hace muchas generaciones sino en generaciones posteriores, y tampoco la misma fue editada por sabios sino simplemente por los editores que sacaron lo libros a la luz y no eran grandes eruditos. Por lo tanto, este argumento no debe impedirnos corregir los textos cuando el error es evidente.

Sin embargo, de hecho la costumbre constituida es de utilizar este texto, el cual por varias generaciones fue utilizado por grandes autoridades halájicas e incluso cabalistas sin alterarlo a pesar de sus inconsistencias gramaticales, pues el mismo está integrado en el lenguaje de todos los judíos del mundo. Y así lo legisla nuestro maestro el Hid”a z”l en su obra Yosef Omtez donde escribe que la costumbre imperante en todas las comunidades italianas a través de varias generaciones es la de utilizar este texto aún cuando existen diferencias entre masculino y femenino; y agrega allí el Hid”a que algunos oficiantes y rabinos conocedores de la gramática trata de corregir los textos en los que aparecen diferencias entre el género masculino y el femenino, como cita la obra Isharesh Ya´acob en nombre de Rabí Abraham ben Haezra z”l, Rabí David Kimhi z”l, y otros. Sin embargo, concluye el Hid”a que no se deben tomar en cuenta estas correcciones y en todo lo referente a la tefilá –plegarias- no es necesario guiarse por las reglas gramaticales hebreas. Conclusión similar a la que arribara posteriormente Rabí Eliahu Manni z”l, gran rabino de la ciudad de Hebron en el siglo pasado, pues debido a motivos de origen cabalístico o de otro tipo en ocasiones no se respeta necesariamente el género en el texto de la tefilá.

Sin embargo, existen situaciones en las algunas autoridades halájicas destacadas decidieron corregir ciertos textos de la tefilá basándose en textos anteriores o debido a errores que se filtraron a través de las épocas. De todas formas, en general no es necesario remitirse a las reglas gramaticales en los textos de la tefilá y se pueden continuar utilizando los textos que obran en nuestro poder sin restricción alguna.
Pregunta: Es correcto que por cada acción espiritual que lapersona realiza proyecta una influencia positiva en su entorno?

Respuesta: Es conocida la máxima rabínica que afirma que todos los integrantes del pueblo de Israel son mutuamente responsables –arebim ze laze-. Esto significa, que cada individuo judío posee responsabilidad por su compañero. Diversas implicancias halájicas resultan de esta afirmación, como por ej. que una persona puede bendecir en lugar de otra y al este oír la bendición es considerado como si la hubiese pronunciado por efecto de esta mutua responsabilidad.

Escribe Rabí Eleazar Azcari z”l –contemporáneo de Maran y el Ari z”l- en su obra “Sefer Haharedim”, que debido a que todas las almas del pueblo de Israel provienen de un mismo tronco, como está escrito setenta “alma” bajaron nuestros padres a Egipto, cada acción meritoria que la persona realiza como el estudio de Torá, la observancia de un precepto, etc. influencia positivamente a todo el pueblo de Israel. Por ello, cuando la persona toma la iniciativa de retornar en Teshuba y corregir sus actos, esto genera un sentimiento de Teshuba en toda la comunidad judía. Y por ello el versículo se expresa en forma singular al decir retorna Israel hasta D-os, pues cada sentimiento individual se traduce en un sentimiento colectivo de Teshuba. Esto sumado al hecho de que en ocasiones –D-os no lo permita- se decretan en los cielos situaciones negativas para el pueblo de Israel, y en mérito de una persona que realiza Teshuba y por ende despierta este mismo sentimiento en todo el pueblo, se anula estos malos decretos.

Agrega el libro Jinuj lebet Yehuda –comentario sobre el Sefer Haharedim citado que se aparece en las últimas ediciones de esta obra- que su maestro el famoso Jozé Milublim z”l afirmaba que no todas las personas pueden acercarse a las casas de estudio o transitar las calles tratando de inducir a los otros a la Teshuba, sin embargo el estudio de Torá realizado en mérito de todo Israel genera un sentimiento de Teshuba en todo el pueblo y de esta forma se cumple el precepto de “tojaha” –amonestación-.

El gran erudito Hazon Ish z”l escribe en una de sus epístolas que así como el cuerpo humano posee distintos miembros y cada uno cumple una función específica, el corazón bombea la sangre, la boca habla, etc. el pueblo de Israel conforma un solo cuerpo y cada individuo debe cumplir su función. Y si los estudiosos de Torá se concentrarían en su estudio debidamente, salvarían a muchos judíos de ser invadidos por pensamientos bajos o idólatras, etc. como consecuencia de la pureza y santidad que generarían con su estudio. El entorno de un estudioso de Torá es particularmente notoria la influencia que se proyecta sobre aquellos que se hallan cerca, asimismo existe una influencia subliminal que aún cuando el ojo no la capta, llega hasta el hombre y lo influencia positivamente.

Y así podemos observar que la generación en la que existen grandes eruditos, gigantes espirituales, las acciones de dicha generación son más elevadas y correctas, y al desaparecer estos hombres comienza un proceso de deterioro moral que afecta a la humanidad toda.

No hace mucho falleció el gran erudito R. Yehuda Ma´alem z”l, quien con su solo presencia inspiraba sentimientos de elevación espiritual y progreso en el estudio de Torá. De hecho esta ausencia nos compromete a continuar elevándonos tanto en el estudio de la sagrada Tora como en la observancia de los preceptos para paliar de alguna forma la ausencia de un hombre justo que nos abandona.

Sea voluntad ante el Eterno, verter sobre nosotros un espíritu celestial que nos induzca hacia la espiritualidad y la santidad que tan presente se hallaba en generaciones anteriores, y así podamos presencia la llegada del tan ansiado Mashiaj, Amen.

Afirmaron nuestro sabios, “aquel que enseña Torá en este mundo, ameritará enseñarla en el mundo venidero”, pues está escrito: Quien se sacia ha de saciar. Y sobre aquel que estudia Torá y la enseña está escrito: Y Torá piadosa en su boca (Ver Talmud Sucá 49ª). Y la recompensa de esta persona es sumamente grande, acreditándose el mérito comunitario, no sólo en este mundo sino aún en el venidero.

Con respecto a lo que está escrito –sobre quien enseña Torá- que ameritará enseñarla en el mundo venidero, escribe Rabbenu Ovadia Yosef, Shlit”a, que cuando la persona deja este mundo, en el mundo de las almas lo esperan los grandes justos y piadosos de las generaciones anteriores, gigantes del conocimiento ante quienes obviamente no tiene la posibilidad de expresar siquiera una opinión, sin embargo, ellos le conceden las fuerzas para expresarse y estudiar Torá, todo ello debido al mérito de haber enseñado Torá en este mundo, y en él se cumple el versículo: Y hablaré de tus testimonios delante de los reyes y no me avergonzaré (es decir, delante de los reyes del saber)

Evidentemente este concepto, de enseñar Torá a la comunidad, aplica con aquellos estudiosos que dedican su tiempo a profundizar los conocimientos de Torá. Sin embargo, se halla al alcance de cada individuo brindar méritos a la comunidad, por ejemplo persuadiendo a sus familiares y a todos aquellos que oyen su palabra, que envíen sus hijos a escuelas ortodoxas, ya que de esta forma incrementa el estudio de Torá en el mundo. Asimismo enseñando a los demás aquello que aprendió, para transmitir los conocimientos de Torá.

Observamos la grandeza de quienes enseñan Torá a los demás, en los comentarios del autor de la obra Hiburé Haleket (uno de los grandes últimos comentaristas), quien escribe: En cierta ocasión, me hallaba prácticamente agonizando, al borde de la muerte, en ese estado, postrado en una cama, se acercaron los hombre de la “hebrá kadichá” –encargados de los ritos fúnebres- y me invadió un profundo temor –a la muerte-, estando estos hombres a mi lado y comprobando que mi cuerpo estaba enfriándose, prácticamente al borde la muerte, hicieron salir a todos los familiares de la habitación, entonces mi faz se puso se alteró ante la proximidad del final, pero el eterno cumplió en mi el versículo que dice: El Eterno me ha afligido, pero a la muerte no me condujo! Pude observar un hombre parado frente a mí, cuya apariencia era la de un ángel celestial, que cargaba una vela en su mano. La vela se apagó, pero inmediatamente volvió a encenderse. Le pregunté con aprensión “qué significa la vela que sostiene?”, y me respondió: Debes saber que la llama representa al alma, como está escrito: Llama del Eterno es el alma del hombre, -o sea que aquella vela representaba mi alma- y los días que tenías destinados sobre la tierra ya han llegado a su fin, pero así como la vela se apagó y volvió a encenderse, pronto sanarás y te repondrás. Pero has de saber, que en el juicio celestial que se te llevó a cabo para saber si se extendería tu vida o no, existían argumentos encontrados, todos tus actos fueron analizados detenidamente. Sin embargo te anuncio que el mismo Eterno ha intercedido en tu favor y te agregó mucho años de vida, alejando al ángel de la muerte de tu persona, pues El sabe que todavía puedes difundir los conocimientos de la Torá entre las personas y así hacer ganar méritos a gran cantidad de hombres. Por ello se determinado que este próximo martes te recuperes y puedas desenvolverte por ti mismo.

Todo esto ocurrió tres días antes de la festividad de Shabuot, y así sucedió en realidad, en Shabuot me convertí en un hombre nuevo y pude concurrir a la sinagoga donde pronuncié la bendición de “hagomel” –agradecimiento-. Posteriormente reuní todas mis fuerzas y compuse esta obra, a la que denominé “Hiburé Haleket” para beneficiar y ameritar a toda la comunidad.

De hecho, uno de las formas de incrementar la difusión de la Torá en Israel y así ameritar todo lo antedicho, es tratar de agregar otro suscriptor más a esta halajá diaria, contactarse con amigos o parientes quienes puedan recibir esta halajá yomit y sumar conocimientos de Torá. Gracias a D-os, de esta forma en estos últimos tiempos se ha incrementado notoriamente la cantidad de suscriptores fijos que reciben la halajá yomit, dichosos de aquellos que de esta manera suman méritos aumentando el estudio de la Torá diaria.

En una próxima entrega continuaremos explayándonos sobre el tema.

Pregunta: Es obligatorio leer la Shema Israel antes de dormir, y si es así, es obligatorio leer la bendición “baruj hamapil” que aparece en los libros de plegaria, sidurim?

Respuesta: El Talmud (Berajot 60) afirma que la persona que va a dormir debe pronunciar la bendición de “hamapil heble shena leenai…” –Quien induce el sueño a mis ojos-. Los Tosafot comentan que todas las bendiciones que aparecen en este capítulo del Talmud (Haroe) deben pronunciarse incluyendo el nombre de D-os, o sea el texto completo de la bendición “Baruj Ata A-donay, Elokenu Melej Ha´olam…, por lo tanto lo mismo aplica a esta bendición de “hamapil”. Así también lo legisla el Mordeji y otras autoridades de las primeras épocas. De todas formas, aclaran que no se pronuncia esta bendición sino al dormir por la noche y no si duerme durante el día. También aclaran los Poskim –autoridades rabínicas- que se debe leer la Shema en forma inmediata previo a dormir y no interrumpir entre el sueño y la Shema.

Rabí Yosef Hayim z”l en su obra Ben Ish Hay (Pekude) escribe que aún cuando es apropiado pronunciar esta bendición de “hamapil” con el nombre de D-os, muchos acostumbraron hacerlo sin pronunciar el nombre divino debido a la posibilidad de que tenga que interrumpir entre la lectura y el sueño y entonces resultaría la bendición en vano. Nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef, Shlit”a, disiente de esta opinión y escribe que aún cuando deba interrumpir entre la bendición y el sueño no se considera dicha bendición en vano y no debe repetirla, pues esta bendición fue instituida básicamente no sobre el sueño sino sobre la necesidad humana del mismo. Y así lo sostienen otras autoridades rabínicas contemporáneas. Rabí Eliezer Yehuda Weldimberg z”l, autor de la obra de responsas rabínicas “Tzitz Eliezer” escribe que si le preguntan una halajá después de haber leído la Shema puede responder y no se considera la bendición en vano (ver Tzitz Eliezer tomo 7 cap. 27) y por lo tanto no se debe anular esta bendición debido a este temor. De todos modos, escribe Rabí Ovadia Yosef, Shlit”a, que en principio es apropiado abstenerse de interrumpir entre la bendición y el sueño.

Si va a dormir después de la medianoche debe pronunciar la bendición de “hamapil” sin el nombre divino.

En una próxima entrega nos explayaremos al respecto y asimismo aclararemos la legislación de las mujeres.

KERIAT SHEMA ANTES DE ACOSTARSE PARA LAS MUJERES

En la entrega anterior vimos que se debe bendecir previo a la lectura de la Shema que se recita antes de dormir, y esta bendición debe pronunciarse incluyendo el nombre de D-os, es decir como una bendición completa. Vimos asimismo que aún cuando es preciso abstenerse en principio de hablar después de haber pronunciado esta bendición, si habló después de haberla pronunciado no debe repetirla ni se considera una bendición en vano. El motivo de ello es que esta bendición no hace referencia al dormir sino a la naturaleza del sueño.

Aparentemente no existe diferencia en el horario en que se dispone a dormir, y tanto si lo hace al principio de la noche como si lo hace al finalizar esta debe recitar la bendición pues toda la noche es considerada etapa de sueño y en los momentos en que las personas habitualmente duermen es preciso pronunciarla.

El gran rabino Ishayia Basan z”l (una de las grandes figuras rabínicas de Italia en e s. XVIII, maestro de Rabí Moshe Hayim Luzzato z”l) en su obra Lahme Todá (cap. 21) escribe que hay opiniones que sostienen que, según la cabbalá no se debe pronunciar esta bendición después de la medianoche, sin embargo la realidad no es así sino es preciso pronunciarla en cualquier momento de la noche en que va a dormir, aún después de la mitad de la noche. Aún así, muchos maestros de la cabbalá escribieron que esta bendición no aplica después de la medianoche. Adhiere a esta opinión Rabí Yosef Hayim z”l autor del Ben ish Hay en su obra Rab Pealim (tomo 1 sección Sod Yesharim) y así lo legisla la obra Hesed Laalafim, citando que esta es la costumbre imperante en Jerusalén donde no se pronuncia la bendición de “hamapil” después de la medianoche. Y así lo legislan numerosas autoridades rabínicas de Jerusalén. Por lo tanto, entendiendo que la costumbre instituida no es de acuerdo a lo legislado por Maran en el Shuljan Aruj, y más aún, existen diferencias entre los legisladores en cuanto a si se debe pronunciar o no esta bendición, y en caso de divergencias rabínicas en torno a una bendición nos abstenemos de pronunciarla aún cuando Maran así lo legisle para evitar pronunciar el nombre de D-os en vano, por ello y para evitar todas estas dudas, dictamina Rabí Ovadia Yosef, Shlit”a, que no se debe pronunciar la bendición de “hamapil” después de medianoche, sino sólo murmurar mentalmente esta bendición y con ello será suficiente.

También las mujeres deben recitar la Shema previo a dormirse, pues esta lectura proporciona protección a la persona, la cual es asimismo necesaria para las mujeres.

Por ello, aún cuando a los efectos halájicos se hallan exentas de pronunciar la Shema durante el día (sin embargo, es apropiado que la reciten omitiendo la bendición correspondiente) de todos modos la Shema previo al sueño deben recitarla. Incluso la bendición de “hamapil” debe ser pronunciada por las mujeres ya que esta bendición no se considera un precepto delimitado por el tiempo –Mitzvat asé sheazeman gueramá- del cual se hallan exentas, como en el caso del Lulav, la Sucá o el Shofar, pues se trata de una bendición en alabanza al Eterno que se puede expresar en cualquier momento, solo que no cualquier momento es considerado el habitual para dormir y por ello no se pronuncia esta bendición si duerme durante el día. De todas formas las mujeres deben pronunciarla.

El Talmud (Berajot 3a) afirma que nuestros sabios enseñan que la noche se divide en tres etapas. Y en cada una de estas etapas –o sea en el cambio que se produce entre ellas-, el Eterno ruge como un león clamando: Ay! De mis hijos, por cuyo pecado he destruido Mi casa, quemé Mi santuario y los he exiliado entre las naciones! Escribe allí el Ro”sh, que es apropiado que cada persona temerosa del Eterno y piadosa en sus actos clame y se lamente en esos momentos por la destrucción del Sagrado Templo, como afirma el versículo: Levántate y canta en la noche, al comienzo de las etapas nocturnas (MIjá 2). Observamos que, de acuerdo a la perspectiva de nuestro Talmud, es adecuado que la persona que se halla despierto clame ante el Eterno por la destrucción del Templo.

Maran, en el Shuljan Aruj (cap. 1 inc. 2), escribe: La persona que madruga para elevar sus plegarias, es apropiado que lo haga en los momentos en que cambian las etapas nocturnas, o sea al cumplirse un tercio de la noche, dos tercios de la noche y al terminar la noche. O sea dividimos la noche en tres etapas, y en el cambio de cada una de ellas es cuando se debe elevar estas plegarias por la destrucción del Templo.

De todas formas, los sabios de Cabbalá escriben que el momento más apropiado para estas plegarias es la medianoche, que es considerado el punto horario ideal para clamar por la destrucción del Templo y el exilio del pueblo judío. Y así se acostumbra en las distintas comunidades del mundo, calculando la medianoche exactamente doce horas después de cumplirse el mediodía. (Estos horarios aparecen habitualmente en los calendarios que se preparan a tales efectos en las comunidades)

En nuestros libros de plegarias –sidurim- aparece el texto exacto a recitar redactado por el Ari z”l. Este texto fue aceptado por todas las comunidades de Israel, tanto ashkenazim como sefaradim y es denominado “Tikun Hatzot” y es apropiado que la persona piadosa y temerosa del Eterno lo recite al cumplirse la medianoche.

Este texto redactado por el Ari z”l, el Tikun Hatzot, se divide en dos partes, una llamada Tikun Rahel y otra Tikun Lea. En ciertas ocasiones no se recita sino el texto de Tikun Lea y se omite el de Tikun Rahel, como por ej. durante el año de Shemitá –año sabático- durante el cual se recita sólo Tikun Lea, todo esto debido a motivos de origen cabalístico. En una próxima entrega continuaremos ampliando el tema y veremos si las mujeres pueden recitar el Tikun Hatzot.

Pregunta: Es apropiado que también las mujeres realicen el TikunHatzot a mitad de la noche como lo hacen los hombres o no?

Respuesta: En la entrega anterior vimos que este momento de medianoche, según lo escrito por el Ari z”l es sumamente adecuado para clamar por la reconstrucción del Sagrado Templo. El texto de esta plegaria, Tikun Hatzot, aparece en los libros de plegarias, sidurim que se editan actualmente.

Con respecto a las mujeres, escribe Rabí Yosef Hayim z”l autor del Ben Ish Hay (Baishlah) que no es apropiado que las mujeres reciten el Tikun Hatzot, y así se lo confirmó Rabí Eliahu Manni z”l gran rabino de la ciudad de Hebrón quien le dijera que nunca se ha visto que las mujeres reciten esta plegaria. Rabí Yosef Hayim se explayó al respecto en su obra Rab Pealim (tomo uno sección Sod Yesharim) en la que fundamenta esta opinión con distintos argumentos, en especial indica que de acuerdo a la cabbalá no es apropiado que las mujeres reciten el Tikun Hatzot. Entre otros argumentos cita la prohibición de leer los versículos que aparecen en esta plegaria, por la noche lo cual se halla prohibido y que en el caso de los hombres se autoriza debido a las diferencias que existen entre el hombre y la mujer según la cabbalá.

Sin embargo, Rabí Ovadia Yosef, Shlit”a, disiente de este dictamen y opina que en tanto exista una necesidad de leer versículos en la noche, como en este caso el clamor por el Sagrado Templo que debe realizarse exclusivamente en la noche, está permitido hacerlo tanto para los hombres como para las mujeres. Especialmente si estos versículos se leen en forma de plegaria y no como estudio, en cuyo caso se puede autorizar la lectura nocturna de versículos sin restricción halájica.

En conclusión, no es preciso que las mujeres se abstengan de esta preciosa costumbre si se hallan despiertas en la medianoche. Y por el mérito de las mujeres piadosas nuestros padres fueron redimidos de Egipto, y seremos redimidos prontamente, Amen.

Ya hemos aclarado que las noches de Shabbat y Yom Tob –festividades- no se lee el Tikun Hatzot. Durante el año sabático, Shemitá, no se lee el texto de Tikun Rahel sino solamente el de Tikun Lea.

Los sabios sefaraditas enfatizaron la costumbre de leer el Tikun Hatzot, y así se hizo tradicionalmente en las comunidades sefaraditas, dándole lectura con suma concentración y profundidad, para despertar de esta forma la piedad divina sobre Su pueblo. Y está escrito “quien se lamenta por la destrucción del Templo, ameritará ver su reconstrucción”.

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Rab Rafael Cohen Soae

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